Comenzando por lo más elemental para losas alcantarilla es suficiente materializar las articulaciones utilizando cartón asfáltico para separar la superestructura de su infraestructura, en cambio si la losa es de hormigón preesforzado que permite mayores luces y en consecuencia transmite reacciones importantes el apoyo será una lámina de plomo de aproximadamente dos centímetros de espesor.
En puentes cortos con vigas de hormigón armado también se utilizan placas de plomo de sección rectangular y que funcionan como apoyos mixtos, pudiendo a su vez ser utilizadas como apoyos fijos si son atravesadas con un pasador (ver figura) con lo que los apoyos del otro extremo que no llevan pasador se comportarán como apoyos móviles. Las resistencias a la compresión para el plomo blando están comprendidas entre 12,5 y 30 MPa , pudendo llegar hasta 50 MPa para el plomo endurecido que contiene 5 a 10 % de antimonio. En la práctica no es posible aprovechar estas fatigas porque la tasa de trabajo de la albañilería de apoyo es muy baja, así por ejemplo para un buen hormigón armado solo se diseñará con 10 MPa. Por lo que en los coronamientos se debe prever pedestales en hormigón armado por debajo de estos aparatos de apoyo un tanto perdidos en el coronamiento y de manera que se produzca una adecuada transmisión de esfuerzos. El diseño de estos pedestales es similar al de las fundaciones aisladas en hormigón armado.
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Vanos menores a 15 m. no necesitan previsiones para la deformación por flexión de
la superestructura, pero sí deben estar firmemente anclados. Cuando los vanos son mayores
a 15 m. se debe emplear apoyos dotados de articulaciones, placas abombadas, apoyos elastoméricos o rótulas que permitan la adecuada flexión de las vigas.
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