Se entiende por afinidad el grado de capacidad para soportar transportes. Hay mercancías, que son totalmente insensibles en relación con los transportes, en tanto que otras se estropean, se echan a perder o se hacen invendibles si el transporte se efectúa con un medio determinado. Hay bienes que sólo se prestan para un transporte en grandes cantidades y con los que, en relación con las condiciones del mercado, la expedición por gramos no vale la pena, en tanto que otros (en correspondencia con el plano de la capacidad de masa) sólo se expiden de un lugar a otro en cantidades mínimas. Los hay, además, que tienen una duración de vida breve, en tanto que la de otros es prácticamente ilimitada. Los primeros, si han de transportarse a un lugar alejado, requieren una determinada velocidad de transporte, mientras que los segundos son indiferentes a la misma (en correspondencia con el plano de la rapidez). Al lado de esto tenemos mercancías que son sensibles a cualquier golpe o sacudida y otras, en cambio, que no resultan afectadas por ello. El transporte de las primeras sólo resulta posible si se da una determinada garantía de un medio de transporte seguro libre de "impulsos" y conmociones (en correspondencia con el plano de la seguridad). Otro tipo de mercancías de transporte dependen de una suma calculabilidad, pues en otro caso pierden aquéllas todo valor para la empresa, así, por ejemplo, cuando llegan demasiado tarde al lugar de destino o se echan a perder (tal es el caso, por ejemplo, de las plantas y los animales vivos). En algunas mercancías, en cambio, la calculabilidad no juega papel alguno (en correspondencia con el plano de la calculabilidad). Y finalmente, ciertas mercancías sólo se prestan al transporte, si éste se efectúa a un costo relativamente muy bajo, ya que en otro caso no encuentran salida en el mercado, en tanto que, con otras, el importe de los gastos de transporte no reviste importancia alguna (en el caso, por ejemplo, de bienes valiosos).
Esto significa que, en relación con la escala de la afinidad tenemos los mismos planos de capacidad de masa, velocidad, calculabilidad, seguridad, comodidad y gastos, que comporta el valor de tráfico. En tanto que la medida del valor de tráfico constituye una propiedad del medio y del sistema de transportes, la afinidad, en cambio es una propiedad inherente a la mercancía a transportar, en la apreciación del remitente y del consignatario, por consiguiente los dos conceptos son correspondientes.
Estos conceptos revelan que una y la misma mercancía puede ser transportada por un medio de transporte determinado a grandes distancias, por otro, en cambio, sólo en trayectos cortos, en tanto que por un tercero no puede serlo tal vez en absoluto. Una empresa que produce dicho producto podrá, en un caso, mandarlo a grandes distancias y aprovecharse eventualmente, frente a competidores lejanos, de determinadas ventajas de costo. En otro caso, en cambio, está obligada a vender su producción en un área próxima. Por grandes que sean las ventajas en materia de gastos, éstas carecen de todos modos de valor si sólo se apoyan en el medio de transporte cuyo plano de valor de tráfico no alcanza los valores mínimos requeridos por la afinidad. La empresa queda en este caso limitada en su capacidad de desarrollo. Podemos también formularlo así: un medio de transporte que sólo alcanza una capacidad pequeña de masa no puede servir ramos de la economía que dependen del transporte de mercancías en grandes cantidades. Por otra parte, los medios de transporte para el tráfico de masa no satisfacen las necesidades de la producción que dependen del envío de bienes en cantidades mínimas. El ferrocarril no está en condiciones de transportar determinados productos químicos, por ser éstos sensibles a las conmociones. Por consiguiente, la relación entre los planos del valor de tráfico y los de la afinidad de tráfico de las mercancías de transporte permite apreciar cuáles desarrollos resultarán particularmente estimulados en cada caso por un determinado medio de transporte, cuáles solo lo serán en pequeño grado y cuáles no lo serán en absoluto.
Para obtener una forma que se pueda expresar en términos matemáticos, puede escogerse para la sensibilidad al transporte de una mercancía la misma escala que la del valor de tráfico. Podemos expresar para todo valor parcial, con las cifras entre cero y uno, el grado de insensibilidad del proceso de transporte considerado que haya de llegar a alcanzarse a fin de que el transporte pueda todavía efectuarse con éxito.
Cada mercancía y cada ramo de la economía resultan particularmente beneficiados por determinados medios de transporte, o podemos también decir que cada medio de transporte favorece particularmente determinadas probabilidades de desarrollo y que, en el caso de variaciones, se forma de mercancía a mercancía y de modo de transporte a medio de transporte una relación distinta. El valor límite de cero existe tan pronto como un transporte resulta imposible con determinado medio, ya sea porque la mercancía es demasiado sensible, o requiere un transporte demasiado rápido, o no puede soportar los gastos de transporte sin perder su capacidad de venta en el mercado, o bien porque el medio de transporte es inadecuado para efectuar la expedición a tiempo o en la debida calidad sobre la base de una capacidad de formación de red suficiente.
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